top of page
Doña Luz Esperanza llegó de Loja sin nada, solo cargada de guaguas y de sueños. En el año 80, la zona del Campo Charapa era “pura selva” y la vida era dura. Bajo la lluvia “a pura agua trabajábamos nosotros… la necesidad, ¿no? Lavábamos en los esteros y éramos ¡ojo, ojo a ver a qué hora se asoma el tigre!” Cuenta que trajeron cinco perritos a su nuevo hogar: “Uuu, duraron como quince días. Uno a uno se los fue llevando el tigre”. En ese entonces ella no se hubiera imaginado nunca que a su hijo Santos Darwin se lo llevaría un tigre de otra naturaleza, de un zarpazo negro y rápido en medio de olores fétidos y letales.
Del libro “Sobre-Vivir”
******************
Ojo con el Tigre
Provincia de Sucumbíos
bottom of page